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Como ya sabemos, los cables de fibra óptica constituyen actualmente el eje de las redes de comunicación modernas, ya que ofrecen un ancho de banda y una confiabilidad sin igual. Sin embargo, como cualquier otra tecnología, estos cables se pueden degradar con el tiempo.

A medida que los cables envejecen, los operadores y los propietarios de redes se enfrentan a diversos desafíos que pueden afectar al rendimiento y el estado general de sus redes. Uno de los retos principales es la degradación gradual de la calidad de la señal del servicio con el paso del tiempo. Conforme las fibras envejecen, son más susceptibles de sufrir atenuaciones (pérdida óptica) que producen pérdida de señal, lo que deriva en velocidades de transmisión de datos menores y en posibles ralentizaciones de la red.

Al mismo tiempo, existe una creciente demanda de niveles superiores de velocidad de datos y ancho de banda. A medida que la tecnología avanza y el consumo de datos aumenta, las redes de fibra óptica más antiguas pueden tener dificultades para estar a la altura de las exigencias cada vez mayores, de modo que se producen cuellos de botella y se reduce la eficacia de la red. Los operadores y los propietarios de redes necesitan encontrar formas de mantener, actualizar y optimizar mejor su infraestructura de fibra óptica existente.

Los cables de fibra óptica sufren un desgaste físico debido a factores medioambientales como el tiempo atmosférico, las fluctuaciones de la temperatura, el movimiento mecánico y la presión (tensión y compresión). Estos factores externos pueden causar roturas en las fibras o pérdidas en las curvaturas que derivan en problemas de conectividad e interrupciones del servicio. Estos problemas pueden surgir de repente o crearse de forma gradual con el tiempo. No hay mucho que se pueda hacer para evitar una rotura de la fibra si alguien la corta, pero si puede detectar una interrupción del servicio antes de que ocurra observando las degradaciones y valorando el estado de la fibra, sí que tendrá la posibilidad de remediarlo.

La única forma de evaluar el estado de la fibra óptica sería por medio de un programa de comprobaciones regulares con un instrumento como un OTDR, partiendo de una fibra y, después, comparándola manualmente con la medición más reciente del OTDR para observar los cambios. Sin embargo, esto no resulta práctico, ni rentable ni escalable.

Sin información en tiempo real sobre el estado y el rendimiento de la red de fibra óptica, los operadores podrían no detectar señales tempranas de degradación, lo que provocaría interrupciones del servicio inesperadas y un mantenimiento costoso. Para abordar el problema de manera eficaz, los sistemas de monitorización de redes de fibra óptica se han convertido en una herramienta crucial para reunir los datos necesarios. Piénselo: un sistema de monitorización de fibra óptica se ha diseñado para activar una alarma si se produce una rotura en la fibra o cuando las pérdidas de enlace superan una cantidad definida. Para ello, el sistema realiza mediciones rutinarias noche y día, y cualquier desviación del punto de partida activa una alarma. Si esos datos de monitorización se almacenasen, tendría una gran cantidad de información en la que basarse, toda ella proporcionada por su sistema de monitorización (existente).

Una de las ventajas más significativas sería identificar la antigüedad y predecir la degradación de los cables de fibra óptica. Con el tiempo, el sistema puede establecer tendencias y patrones asociados al desgaste de los cables. Los algoritmos de análisis predictivos pueden calcular entonces cuándo y dónde pueden surgir problemas, lo que permite una intervención proactiva antes de que los problemas vayan a más.

Al detectar y solucionar posibles problemas de manera proactiva, este tipo de análisis de fibra óptica contribuye a minimizar los tiempos de inactividad y las interrupciones del servicio de la red. La identificación a tiempo del deterioro de los cables de fibra óptica permite a los administradores de red programar el mantenimiento durante las horas de menos afluencia o en intervalos planificados de mantenimiento, de modo que se eviten interrupciones inesperadas del servicio que podrían afectar a las empresas, los servicios y los usuarios finales.

Aparte de identificar posibles problemas, los análisis de la fibra óptica pueden ofrecer también información sobre oportunidades para realizar un seguimiento de otros indicadores clave del rendimiento (KPI) y optimizar la red. Los administradores de red pueden usar información para optimizar el rendimiento de la red, y mejorar la eficiencia, reducir la latencia y mejorar la experiencia del usuario final. Al hacerlo, pueden maximizar y proteger los ingresos de los clientes existentes al tiempo que captan otras empresas nuevas gracias a la gran reputación de la calidad de su servicio (piense en Net Promoter Score).

Esto es algo que VIAVI ya ha creado en la forma de una función de análisis de fibra óptica para nuestro sistema remoto de pruebas de fibra óptica (ONMSi).

ONMSi, con su función de análisis de fibra óptica, es una solución transformadora para los propietarios de redes y los proveedores de servicios que les permite sacar partido de información basada en datos y mejorar el rendimiento de la red, al tiempo que ofrecen una experiencia incomparable al cliente. Al aprovechar los datos históricos para análisis de tendencias, los análisis de fibra óptica permiten a los administradores de red evaluar el estado de los cables de fibra óptica y tomar medidas proactivas para mantener un rendimiento óptimo de la red. A través de esta monitorización e intervención proactivas, las empresas y los proveedores de servicios pueden sacar partido del potencial de los datos de las pruebas, e impulsar mejoras sustanciales del rendimiento de la red y la calidad del servicio, lo que garantiza que sus redes sigan siendo robustas y confiables, y estén preparadas para los cambios del futuro

Por último, este enfoque de los análisis de la fibra óptica puede aplicarse tanto a las fibras oscuras como a las activas.

Para obtener más información, eche un vistazo a nuestro folleto sobre análisis de la fibra óptica de ONMSi..

Douglas Clague es director de marketing de soluciones de campo de fibra óptica de VIAVI. Doug cuenta con más de 20 años de experiencia en pruebas y mediciones dentro del campo de las tecnologías de fibra óptica y cable orientadas al sector de las telecomunicaciones. Antes de incorporarse a VIAVI, Doug trabajó como ingeniero de fabricación, ingeniero de soluciones y director de desarrollo. Doug ha participado en numerosos comités del sector sobre tendencias tecnológicas en torno a la fibra óptica y el cable. Cursó sus estudios en la Universidad Brunel de Londres, donde se licenció en Ingeniería Eléctrica y Electrónica.

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